miércoles, 28 de febrero de 2007

De visita por estas tierras?


Se avecina una gira del presidente de Estados Unidos, G.W. Bush, por América Latina. Será que, después de varios años con un claro enfoque en el medio oriente, ¿regresa el interés de la potencia por su tan tristemente denominado -para nosotros los latinoamericanos, por supuesto- “patio trasero”? Es una pregunta abierta.
Por un lado, es claro que varias de las agendas con la región se vieron interrumpidas, o al menos obstaculizadas, por el ciego empeño del gobierno Bush en la invasión/democratización (según el discurso) de las “amenazas” en el medio oriente. Por el otro, puede que el interés no se fuera, en sentido estricto. En días recientes el director de los Programas de Ayuda Exterior de EE.UU., Randall Tobías, destacó en Quito que la ayuda del actual gobierno para la región andina se ha duplicado. La negociación de tratados de libre comercio, también, devela la latencia de intereses en la región.
Esta es mi hipótesis: dado el giro político en el Congreso de EEUU, el presidente Bush se ve en la necesidad de legitimar su agenda sobre la región mediante diplomacia directa en la misma, y así, ganar fuerza frente un poder legislativo contrario.
La articulación de lo anterior con los países de la región andina se presenta a continuación. Colombia es el único país de la región incluido en la gira. No es una sorpresa, dada la cercanía entre los gobiernos colombiano y estadounidense. Los temas centrales, en términos de agenda entre Gobiernos y entre Gobiernos y Congresos, son: la aprobación de recursos para el Plan Colombia y el TLC. En este sentido extraña la exclusión de Perú, país con el que se tiene un TLC pendiente y que fue visto, en su última elección presidencial, como contrapeso a la influencia anti-norteamericana en la región. Venezuela y Bolivia, están por fuera de la gira, pero son utilizados como el fundamento de la misma: En el informe sobre amenazas a EEUU del Servicio Nacional de Inteligencia de Estados Unidos se señala que en Venezuela y Bolivia la democracia está en riesgo. ¡Cómo podría el gobierno Bush ser ajeno a tal situación!
Las respuestas no se hicieron esperar: Evo Morales tildó las declaraciones de irresponsables, no sólo en el plano norteamericano sino mundial. Contra-argumentando que los desestabilizadores de la democracia son ellos. Hugo Chávez, desestimo las acusaciones, pronóstico el fracaso del presidente norteamericano en su intento de desestabilizar el proceso de integración que avanza (¿avanza?) en la región. Además, vaticina un fuerte repudio popular “ojalá no violento“.
Dos últimas cosas: primero, falta ver si de acá a un tiempo Ecuador entra al grupo de democracia amenazadas. Segundo, por análisis “proxi”, un fuerte impacto contra Venezuela estaría dado por la visita de Bush a Brasil. La puesta en marcha de un programa de diversificación energética entre ambos países (los dos mayores productores de bio-combustibles en América), le permitiría al gobierno estadounidense disminuir tanto su dependencia del petróleo venezolano como la influencia, a través de este recurso, del presidente Chávez en diferentes escenarios.

viernes, 23 de febrero de 2007

Crisis, personalismo e institucionalidad


Hablar de crisis en los países andinos no es novedoso. Altos niveles de pobreza y desigualdad, desconocimiento de las instituciones políticas, desconfianza en los partidos tradicionales e incluso en el sistema democrático como tal, por sólo enumerar los aspectos más transversales; constituyen el diagnóstico (no exclusivo) de la región. Frente a él, se desarrolla un proceso consistente en dos tipos de “respuestas”.


La primera respuesta parte de la ciudadanía: como mandatarios se eligen figuras por fuera de la política tradicional –con el riesgo de llegar a elegir figuras por fuera de la política en general. Así, Evo Morales en Bolivia, Álvaro Uribe en Colombia y Hugo Chávez en Venezuela, ganan sus respectivas elecciones con más del 50% de apoyo en la primera vuelta. Rafael Correa en Ecuador, aunque en segunda vuelta, sigue la tendencia del triunfo de estos “outsiders” andinos; cuya excepción es Alan García en Perú, ex presidente del país afiliado al APRA.


El segundo tipo de respuesta está caracterizada por las agendas reformistas que los respectivos mandatarios se esfuerzan en adelantar, utilizando su popularidad para obtener el respaldo de las demás ramas del poder público. En la coyuntura, tres casos son altamente ilustrativos de lo anterior:


Bolivia y Ecuador le apuestan a una nueva Constitución Política. Con el apoyo del Tribunal Supremo Electoral -TSE, Correa logró, finalmente, el aval del Congreso para la realización de una consulta popular sobre la convocatoria a Asamblea Constituyente. Tal consulta no pudo ser llevada adelante por ninguno de sus dos últimos predecesores: Alfredo Palacio y Lucio Gutiérrez.


La Asamblea Constituyente de Bolivia, por su parte, avanza con lentitud -alrededor de sus 200 días de instalación, apenas se ha aprobado el reglamento para su funcionamiento- pero avanza a fin de cuentas, bajo los lineamientos del MAS y afines.


En Venezuela, Chávez inicia su tercera habilitante, figura otorgada por el Congreso que permite al Presidente, formular y aprobar decretos con fuerza de ley en diversas materias de trascendencia nacional. En esta ocasión la reforma del plano económico se esboza como la prioridad del mandatario.


Si nos remontamos un poco, podemos encontrar eventos similares en el gobierno colombiano, como lo fueron las reformas constitucionales de reelección presidencial y de reforma política.

Independientemente de cualquier consideración sobre las medidas que están siendo tomadas, o sobre la forma en que se están orientando las reformas, se observa que frente a la crisis de la región se ha abierto paso una mezcla -no necesariamente balanceada- entre personalismo e institucionalidad. Personalismo, por el tipo de figuras que acceden al poder; institucionalidad por las vías en que llegan a este. Personalismo por la forma en que administran el poder, concentrándolo; institucionalidad por los medios que utilizan para legitimar tal concentración.

Nos encontramos lejos de la época en que las dictaduras eran la regla en los países andinos y la democracia la excepción. Sin embargo, el modelo en el que el personalismo avanza a través de vías institucionales, puede ser tan solo una respuesta viciada a la crisis de la región.

lunes, 19 de febrero de 2007

Presentación

¿Qué es?

La Ventana Andina es una de las iniciativas del Proyecto Opinión Pública Deliberativa. Se presenta como un espacio para el análisis de la situación política de los países -tradicionalmente considerados- del área andina: Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela.

¿Por qué es?

A pesar de la próximidad geográfica y de las relaciones económicas, políticas y humanas entre los países en cuestión; la región andina no suele considerarse como una unidad de análisis. La Ventana Andina le apuesta a que el análisis transversal de la dimensión política en la región, enriquese el debate público sobre la misma y hace más efectivas las decisiones de los interesados en ella.

¿Para quien es?

Como iniciativa del Proyecto Opinión Pública Deliberativa, la Ventana Andina busca llegar al público en general. No obstante, los interesados en la región - ciudadanos, academicos, agentes económicos o políticos- son los primeros destinatarios.