viernes, 23 de febrero de 2007

Crisis, personalismo e institucionalidad


Hablar de crisis en los países andinos no es novedoso. Altos niveles de pobreza y desigualdad, desconocimiento de las instituciones políticas, desconfianza en los partidos tradicionales e incluso en el sistema democrático como tal, por sólo enumerar los aspectos más transversales; constituyen el diagnóstico (no exclusivo) de la región. Frente a él, se desarrolla un proceso consistente en dos tipos de “respuestas”.


La primera respuesta parte de la ciudadanía: como mandatarios se eligen figuras por fuera de la política tradicional –con el riesgo de llegar a elegir figuras por fuera de la política en general. Así, Evo Morales en Bolivia, Álvaro Uribe en Colombia y Hugo Chávez en Venezuela, ganan sus respectivas elecciones con más del 50% de apoyo en la primera vuelta. Rafael Correa en Ecuador, aunque en segunda vuelta, sigue la tendencia del triunfo de estos “outsiders” andinos; cuya excepción es Alan García en Perú, ex presidente del país afiliado al APRA.


El segundo tipo de respuesta está caracterizada por las agendas reformistas que los respectivos mandatarios se esfuerzan en adelantar, utilizando su popularidad para obtener el respaldo de las demás ramas del poder público. En la coyuntura, tres casos son altamente ilustrativos de lo anterior:


Bolivia y Ecuador le apuestan a una nueva Constitución Política. Con el apoyo del Tribunal Supremo Electoral -TSE, Correa logró, finalmente, el aval del Congreso para la realización de una consulta popular sobre la convocatoria a Asamblea Constituyente. Tal consulta no pudo ser llevada adelante por ninguno de sus dos últimos predecesores: Alfredo Palacio y Lucio Gutiérrez.


La Asamblea Constituyente de Bolivia, por su parte, avanza con lentitud -alrededor de sus 200 días de instalación, apenas se ha aprobado el reglamento para su funcionamiento- pero avanza a fin de cuentas, bajo los lineamientos del MAS y afines.


En Venezuela, Chávez inicia su tercera habilitante, figura otorgada por el Congreso que permite al Presidente, formular y aprobar decretos con fuerza de ley en diversas materias de trascendencia nacional. En esta ocasión la reforma del plano económico se esboza como la prioridad del mandatario.


Si nos remontamos un poco, podemos encontrar eventos similares en el gobierno colombiano, como lo fueron las reformas constitucionales de reelección presidencial y de reforma política.

Independientemente de cualquier consideración sobre las medidas que están siendo tomadas, o sobre la forma en que se están orientando las reformas, se observa que frente a la crisis de la región se ha abierto paso una mezcla -no necesariamente balanceada- entre personalismo e institucionalidad. Personalismo, por el tipo de figuras que acceden al poder; institucionalidad por las vías en que llegan a este. Personalismo por la forma en que administran el poder, concentrándolo; institucionalidad por los medios que utilizan para legitimar tal concentración.

Nos encontramos lejos de la época en que las dictaduras eran la regla en los países andinos y la democracia la excepción. Sin embargo, el modelo en el que el personalismo avanza a través de vías institucionales, puede ser tan solo una respuesta viciada a la crisis de la región.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado Paulo:

Muy ineteresantes sus reflexiones acerca de la política andina, sin embargo, me gustaría discrepar de la idea de que Alvaro Uribe es un político no tradicional y una figura en si mismo. Aunque como se ha visto el presidente ahora es omnipotente y omnipresente, y hay más Uribe que Uribismo o Liberalismo o Conservatismo, debemos recordar que Alvaro Uribe ya hace muchos años se inicio en el liberalismo antioqueño y ha ocupado altísimos cargos de designación asi como de elección popular. Sus aspiraciones presidenciales siempre estuvieron astutamente ocultas, pero sus aspiraciones políticas jamás, desde que empezo como Jefe de Bienes en alguna entidad, hasta ser Gobernador y Senador por Antioquia, su espíritu político era claro, no obstante su elección presidencial se dío con una fuerza atípica, pues los primeros sondeos lo mostraron con un 0.5% de intención de voto, y es hoy por hoy el mandatário mas "atornillado" que ha tenido Colombia por la vía democrática (sin mencionar a Tomas Cipriano de Mosquera) es de resaltar entonces que sí procede de las filas políticas de antaño, otra cosa es que nunca se le vío un perfil presidenciable, el mismo lo construyo, lo perfecciono y lo endioso logrando una reforma constitucional por vía del constituyente secundário y con todo el aval jurídico y constitucional del caso.

Otra cosa: Ya que se revisa la posibilidad de Hugo Chavez de gobernar por decréto sería interesante (aunque se que la región andina no va hasta allá) revisar el caso Argentino, en donde se prefiere esta vía que la legislativa tradicional curiosamente.